Para #522 y #523, espero que saquéis algo en claro. Me ha quedado espesote:
Al final he omitido mucho porque me quedaba un tocho infumable. Así que os sintetizo todo lo que he aprendido, que supongo que os interesará más. He dejado algún ejemplo propio, eso sí.
Yo creo que todos en algún momento de nuestra vida tenemos un destello de clarividencia e hilamos las palabras adecuadas con el tono adecuado dejando a todo el mundo atónito. El problema es que a uno no le sale cuando quiere. O sí, le sale precisamente cuando QUIERE, cuando de verdad te CREES lo que dices y eres capaz de IRRADIAR esa sensación.
Reflexionando me dí cuenta de que esos momentos se daban sobre todo cuando rompía con mis propias ataduras. Cuando me importaba tanto lo que ocurría que me olvidaba de mi mundo, de la corrección, del qué dirán y de todo lo que nos vuelve unos pussies. Y ese contraste entre mi yo tranquilo e indiferente y mi yo del FUS RO DAH era lo que causaba impresión.
Y el problema no eran las palabras. Joder, soy un chaval que lee desde niño. Vocabulario tengo de sobra. Era todo lo que envolvía al discurso lo que hacía que la gente me tomara en serio de repente.
Después de mucho practicar, la enseñanza más valiosa ha sido la siguiente: transmitir emociones es transmitir un gradiente. Cualquier tono mantenido durante mucho tiempo se diluye. Intentad hablar sin modificar el tono. Intentad mantener un discurso con la misma emoción. No se puede, se pierde. Las personas responden a los cambios, aunque sean sutiles, en la postura, tono, intensidad, incluso el registro. ¿Qué causa más efecto, un taco aislado en el momento justo o un discurso lleno de tacos?
El 90% del tiempo no le presto demasiada importancia a lo que digo o a cómo lo digo. Ahora bien cuando quiero transmitir algo con fuerza, cambio el tono, utilizo mucho más mi cuerpo, hablo más despacio y en general suelto un poco las correas de protocolo que tenemos todos. Dejo de evitar la confrontación.
Al principio asusta porque si eres plano hablando, es porque en parte reprimes tus emociones y fijas el cuerpo en una postura neutral. En el fondo te estás protegiendo. Y claro, al romper con este patrón te entra miedo. La causa ya depende de cada uno. Ignoradlo. ¿Cómo? No existe una respuesta mágica. A base de practicar vais encontrando la vuestra. A mí me sirve pensar que estoy diciendo lo que realmente siento y percibo. Soy humano, puedo equivocarme y no pasa nada por ello.
4 consejos prácticos: LEER, TEATRO/ESPEJO (de verdad xD), HABLAR (con gente se entiende), RESPETAROS (en serio, es muy difícil transmitir serio cuando tú mismo te consideras un trozo de mierda).
#561
Yo creo que al tema de la portuguesa le tienes que ir dando salida ya porque si no vas a acabar tarumba y perdiendo el tiempo.
Tírate a la piscina. Cuando veas oportunidad le comes la boca. Si te dice que ella solo quería amistad, le recalcas que a tu modo de verlo su actitud daba a entender algo más.
Lo que NO te recomiendo es entrar en una discusión acerca de si su comportamiento es propio o no de una amiga porque tienes las de perder y en el fondo es absurdo. Entre amigos no existen estándares de comportamiento más allá de los que establecemos nosotros. Es de estas cosas que no se deben discutir, sino actuar en consecuencia directamente.
¿Te rechaza y se enfada? ---> Next.
¿Te rechaza, pero quiere ser tu amigo y tú no? ---> Next.
Haz lo que sea, pero dale salida. Porque esto ya no es seducción, es sentimientos encontrados.
#538
Va, te lo intentaré explicar.
La filosofía RP se centra sobre todo en criticar el comportamiento del hombre BP y su perspectiva de las relaciones. Otra cosa es que el subforo se llene de misóginos despechados pero los que de verdad entienden RP desaconsejan esas actitudes porque son lo opuesto a la liberación que supone aceptar la realidad de las personas y las relaciones entre ellas.
No es que las mujeres no tengan valor. Lo tienen, pero no son los unicornios del hombre BP. Las aceptan tal y como son y dejan de exigirle al mundo que se adapte a sus valores. Sigues queriendo seducirlas y follar, pero no le pides peras al olmo.
Así de sencillo.