#17 Te aclaro antes que nada que no soy catalán, ni me considero catalán, ni pretendo serlo.
¿Qué es eso de "los pueblos"? Eso no existe.
Por supuesto que el término "pueblo" existe y, aunque sus matices han variado con el tiempo (cambios sutiles en este caso, a diferencia de otros términos como "democracia" o como "átomo"), es más que evidente que en la antiguedad ya se utilizaba y está ampliamente documentado.
https://es.wikipedia.org/wiki/Pueblo
El romanticismo por supuesto que supuso un auge de los nacionalismos pero, amigo, ha pasado siglo y medio. El romanticismo acabó hace mucho y los nacionalismos de ahora (que anda que no son amplios ni variados) se parecen como un huevo a una castaña a los nacionalismos románticos. Yo no creo en unificar territorios bajo sentimientos de nación.
¿Pero qué legado cultural de tus abuelos?
Su historia, su lengua, su música, sus oficios, sus tradiciones... Algunos aspectos sí se pueden mantener, en otros basta con dignificarlos, documentarlos y recordarlos. Me parece que conocer como producían seda o como (y qué) cantaban a los animales de tiro tiene un valor cultural incalculable, por ejemplo.
¿Que las tradiciones folclóricas no se folcloricen?
Quizá he utilizado una acepción poco estandarizada. Me refiero a que no se desvirtuen, que no se descontextualicen y que no se le elimine la parte cultural. Cada tradición responde a un porqué, no se hacían porque sí. No digo que no se pueda cantar un bella ciao una tarde de borrachera con amigos, digo que se cante, sí, pero que también se recuerde a la gente porqué se cantaba esa y no otra y en qué contexto nace y se populariza. Aquí se explica, por ejemplo.
Imagino que te refieres al catalán, que es totalmente nacionalista, en tanto que entienden que son una nación étnica y que por ello se tienen que significar como sujeto político con un Estado. De todas formas, imperialismo y nacionalismo ni guardan correlación ni son semejantes. Mucho menos España, que es autonomista.
Las autonomías en españa, básicamente, responden a dos factores: por un lado, intentar contentar a las naciones históricas y por otro, no es más que un modelo político de organización territorial.
No se puede negar la herencia política del actual modelo de estado, directamente influida por el régimen terrorista e ilegítimo anterior, cuyo cabecilla estableció una hoja de ruta que sus cómplices trataron, en la medida de lo posible, que se cumpliera.
Cuando en la educación española NO se da ni la primera ni la segunda guerra mundial, cuando no se explica mínimamente la historia de las culturas orientales, cuando no se dedica ni una línea a Dante o Shakespeare y sí a chorrocientos autores españoles de muchísima menor relevancia... se está ejerciendo un nacional-españolismo, ya sea por ignorancia o por etnocentrismo.
¿Pero de qué estás hablando? Si tu abuelo tenía la ciudadanía española, tenía garantizados unos derechos, concedidos por el Estado español, y a la vez unas obligaciones, que es la de aprender la lengua de todo el territorio nacional.
La infancia de mi abuelo transcurre en unas poblaciones en las que no se necesitaba el castellano para nada, salvo para interpelar a la administración (que en su momento tenía una lengua que no era la castellana hasta que llegó una potencia ajena a pisotear sus derechos humanos), pero en una economía rural de principios de siglo XX era algo testimonial (y, ojo, la administración de un pueblo se documentaba en castellano por ley, no porque allí se hablara castellano).
Y aprovecho para recordarte que la constitución española actual no exige el uso del castellano, solo recoge el deber de conocerlo.