De vez en cuando me gusta mostrar a los que no viven en Cataluña, la ponzoña que se vive aquí, y lo anormal de la situación. Sinceramente, la estética es clavadita al régimen nazi.
En el concierto de San Esteban, ayer en el Palau de la Música, se volvió a demostrar una vez más, el fanatismo y la locura de esta gente. Son una auténtica secta. Ya lo de que haya niños de por medio es irrelevante, por repetitivo.
Que MV juzgue si esto es normal.