Poseta aki el texto para que podamos dar opinion.
Por cierto, dudo mucho que otro usuario pueda borrar tu post.
Y también dudo mucho que Tostador diga eso sin razón.
Aprovecho para preguntar si mi texto se entiende, o que conclusiones sacais. ¿Que es lo que creeis que pasa? Me gustaría que contestaseis, porque no sé si he sabido transmitir bien la idea :/.
De paso aprovecho para postear otro relato, (fuera de concurso claro) , esta vez una parábola que escribí hace tiempo, tambien con el mismo tema:
odnagevaN
Seguía mirando al mar, viendo como la quilla de mi barco lo rasgaba suavemente, abriéndolo ante mis pies. El velero parecía deslizarse sobre aquel agua estática, apareciendo y desapareciendo de entre las nieblas, para descubrir que lo que teníamos delante era exactamente igual que lo que habíamos dejado atrás. Un agua oscura, apagada, un agua que no se movía, no vibraba, ni reflejaba luces ni colores, un agua muerta, sin vida. Perecía guardar dentro de sí los más oscuros recuerdos, las soledades más amargas, los odios más intensos. Pero aún así yo seguía mirando fascinado, sabiendo que algún día acabaría por llegar al puerto, y después nunca más volvería a verlo. Las velas, tendidas, no se hinchaban, el barco se movía sólo. Delante de mí el timón. El capitán de aquel gran galeón era yo. Yo marcaba su rumbo. Me sentía feliz, a pesar de estar solo en aquella gran nave. Las horas se hacían eternas mirando a la mar estéril, mientras flotábamos por encima suya.
De vez en cuando intentaba cambiar de rumbo, pero no siempre lo conseguía. El timón no giraba bien. Otras veces giraba solo. Quizás no estaba navegando yo después de todo. Al principio me esforzaba por luchar contra el timón, intentaba controlarlo, más tarde desistí. Pensé que no tenía mayor sentido, pues llegaría al puerto de todas formas, no había escapatoria. Me dejé llevar. La soledad me hizo desear el puerto. Lo ansiaba.