#157 Hasta hace poco casi todos los científicos sociales eran realistas: daban sentada la realidad del mundo exterior y asumían tácitamente que su tarea era describir y quizás también explicar el mundo social e forma tan objetiva como fuera posible. Estaban limpios de subjetivismo, convencionalismo, ficcionismo, constructivismo, relativismo y hermenéutica, que eran doctrinas o ignoradas o consideradas como juegos filosóficos inconsecuentes.
No estoy de acuerdo en que el conformismo epistemológico se esté adueñando de los jóvenes, o si más no más ahora que no antes en la historia. Dicho conformismo dependerá del grado de autocritica y rigurosidad que tenga el individuo en sí, conformismo epistemológico siempre ha existido, incluso entre los jóvenes. Recordemos que el relativismo epistemológico es la concepción de que la verdad, como la belleza, está en los ojos del que observa. Me refiero a que sería relativo al sujeto, grupo social o contexto histórico concreto. En otras palabras, el relativismo es un vástago del subjetivismo.
Tu modus operandi no la catalogaría estrcitamente como relativista, a mi personalmente me recuerda más una visión que parte claramente del intersubjetivismo. La realidad es un cosa compleja, depende de los esquemas interpretativos que tú (o cualquier otra persona) tengas, por lo que veras una realidad o veras otra, de aquí viene lo que siempre le digo a Tripas o a Phatality de que la realidad es relativa (por este motivo ellos no ven a Friedman o ningún neoclásico como un liberal).
Con esto no estoy diciendo que el subjetivísimo o el relativismo no sean validos para la ciencia o el pensamiento (jamás haría tal afirmación), pero a partir de la observación subjetiva de distintos objetos podemos dar una explicación objetiva si dejamos nuestros prejuicios a un lado. Esto no es exactamente relativismo.
Yo soy un firme defensor del positivismo científico, pero no por esto significa que yo tenga que ser un conformista epistemológico, ni mucho menos. Tal y como decía Popper (un liberal conservador que, aunque se estuvo tirando los platos con Mises, tenía una gran amistad con Hayek): “No existen verdades absolutas”
Lo mismo pasa en la economía, de las distintas escuelas ninguna tiene la verdad absoluta (ni esos que se autoproclaman los abanderados de la razón), cada una intenta explicar la realidad desde su punto de vista. Y quien más y quien menos, tanto los mainstreams (neokeynesianos o neoclásicos) como heterodoxos (austroliberales, postkeynesianos o neomarxistas) todos ellos tienen sus argumentos bien estructurados y defendidos, y ninguno tiene la “razón absoluta”.