El semanario británico The Economist -que anteriormente escribiera un análisis elogiando la política de Rodríguez Zapatero- publicaba ayer un durísimo artículo criticando la actitud del PP. Esta revista, nada sospechosa de comulgar con ideas progresistas, analizaba la actitud de la oposición conservadora en la era posterior a Aznar, sin cuestionar la "foto de las Azores" o su incondicional apoyo a la desastrosa invasión de Irak. Aun así, al semanario no le faltaron comportamientos susceptibles de crítica.
Sin rumbo
El artículo comenzaba comparando la nueva vida de Aznar, que "viaja alrededor del mundo, se sienta en el consejo de administración de la empresa 'News Corp' de Rupert Murdoch, y da conferencias sin mayores preocupaciones en los ‘think-tanks’ de Washington", con la situación actual del partido que éste presidiera en el pasado que, según la revista, tras el 11-M habría "perdido el rumbo". Un reproche que coincide con muchos de los realizados en España desde tribunas progresistas.
Peleas supremas
The Economist ofrecía un punto de vista interesante sobre la situación del PP que, desde dentro de España, los dirigentes del partido se han esforzado en ocultar: las disensiones internas y disputas por la sucesión del liderazgo en el partido. El semanario británico afirmaba, a este respecto que "altos cargos del partido se dan empujones para suceder al actual dirigente, Mariano Rajoy, si dimite después de las próximas elecciones generales previstas para principios de 2008".
Denominaba a Esperanza Aguirre y a Alberto Ruiz-Gallardón como "los peleones supremos" del partido. El artículo concluía de forma irónica repitiendo unas palabras pronunciadas por Rajoy sobre el libro de en el que Aguirre carga contra Ruiz Gallardón: “¡Vaya tropa!”. Ante esto, The Economist, que cuestiona la falta de liderazgo y personalidad del actual líder del PP, respondía con otra educada pregunta: "¿dónde está el general?".
Un partido "desagradable"
La cerrada oposición que el PP mantiene contra cualquier iniciativa del Gobierno podría convertir, según el análisis, a este partido en lo que fue el partido conservador inglés en el pasado: un "partido desagradable". Esta actitud lo alejaría más aún de los votantes de centro, único modo de desbancar a los socialistas. El vídeo del PP sobre seguridad ciudadana, en el que incluía imágenes de disturbios durante la etapa de gestión de los conservadores y también de altercados en Colombia "no habría ayudado", puntualizaba "The economist".
Ineptos
El semanario daba en el clavo al señalar el origen de esta cerril actitud de oposición: la "ineptitud para sacudirse el trauma de la pérdida del poder". A pesar de quedar claro la autoría de los atentados del 11-M, "altos cargos del PP han continuado ventilando teorías conspirativas que todavía intentan establecer algún tipo de vínculo entre los islamistas y ETA". El análisis no profundiza en este punto, probablemente desconociendo la magnitud de la trama político-mediática organizada en torno a la "teoría de la conspiración" y decidida a armar todo el ruido posible.
La sombra de Aznar
La personalidad de Rajoy sería insuficiente para unificar al partido en una dirección ya que "ha fracasado a la hora de estampar su personalidad en el partido. Es demasiado educado, demasiado caballeroso. La sombra de Aznar también planea sobre él".
Podéis encontrar el original en inglés aquí:
http://www.economist.com/world/europe/displaystory.cfm?story_id=8382048